PASAJE DE LA VIDA (EL BUQUE A PIQUE)

16 agosto, 2011
Tristeza en la mente
Sobria desesperación
presienten los videntes
de sucumbir ante
cruentas hazañas.

Toman, tormentas
mazamorras amasados
enardecen el
frió aliciente que se avecina
en los ánimos perdidos
¿Es que existió Judas?

Narra el paciente, como
el sueño efímero de
incrédulo, empero cierto
yerto y moribundo.

Recibe el clavo
pendiente o lo resurrección.

Juego turbulento
como el aguo sucio
arrostrado en cañada
por ríos y canaletas
dejando huellas servidas.

La negrura, confundida
ante el corazón bueno
osa el rumbo
de turboso fin.

Es la barquita estacionada
como el nidito de tórtolos
entre paisajes
de verdor exuberante.

Rodeada de plantitas vivas
que ofrecen sus pétalos
el jaspe matizado
parecen hablar al destino
o solo estrujarla.

Todos los rincones
hasta lo piedra rústico
Quieren modular y
renace el fervor
al seguir su rumbo.

Quién truncare
de raíz
las salidas del
recóndito oculto
en este borrascoso sendero.

Lágrimas brotarían
confundiendo cada gota
en el océano
turbulento de maldiciones
a quién osara
la tranquilidad
ajena.

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