Sentimos lacerante congoja
los hijos, de todos los rincones
cuando vemos y palpamos
la desintegración física
de los seres raptados.
A diario se difunden
noticias escalofriantes
ataques a mansalva
por organizaciones con alma fría
es un fin egoísta
por los que viven todavía
como si a ellos faltaría
mucho par sucumbir y trastornar
el sendero de paso final.
Los caminos y calles
atestiguan; tronchados
por balas fratricidas
aparecen, despojos humanos
mucha desigualdad
con el puñal de sangría
barbarie y retroceso.
Desgracia humana
cuando, se deforman
las mentes
como si, en el horizonte
presente
estuvieran cansados
por toda civilización.
Tantos profesionales
hombres que todavía
pueden ser útiles
a su Patria, su madrecita
hijos, hasta hermanos
o ajenos
son cegados, mutilados
como hombría nata
de los que ejercitan
la ceguera y sordera.
Los Países, en trance mortal
deben elevar el grito
de Paz, a esos forjadores
de vil pasiones
por tanta injuria y maldad.
En un clamor palpitante
de redención, y amor
transformando, las conciencias
en vías de moralejas
Porque la ráfaga del tiempo
sucumbe la tumba
como es el confín eterno
que tan pronto marcharemos
midiendo, nuestras varas
y tal vez sin perdón
en el Astral de cada uno.
Vistas y oídos para los que ejercitan
Vistas y oídos para y no esperar
maldades humanas.