inclemencias natas por su poderío.
Como el sofocante infierno
evocando en el mundo
cansado
grietas que desparraman
por doquier
ungido por el peso
costras que astillan
en profundidad, del alma
mismo.
Cuántas vidas agónicas
a un paso del abismo
desplazadas de un ritmo
como arrancadas de su tallo
tan pronto acomodados
en el ruidoso cortejo
y sin vestidura.
Las pupilas de sus ojos
candentes
parpadean palpitantes
como hechura embalsamada
a Doctos
de muchas hazañas.
En el campo enorme
del vivir
origina su evolución
a cada día, a cada ser
la semilla germina
crece, se multiplica
y deja de ser.
En esa ancha gama
cada uno, apuesta
al desarrollo conferido
soplo de vida
que Dios hizo a cada uno.
¿Y por qué, nace el egoísmo?
maldad para cegar vidas
no miréis la paja ajena
sabiendo, que tenéis una viga.
Sé justiciero,
comanda lo tuyo
riega tu tallo
y expande lo mente
cultivando nervios fuertes
haz de la tuya
roca fuerte sin mancha.
Gracias a los oídos maduros
gracias al espíritu sutil bueno
gracias al Omnipotente
todavía por conferirnos
más horas, días y años
en el sendero florido
espíritu y cuerpo sano,
mente sana.